
Pero en los últimos días, ardió la mecha tras el anuncio oficial de la alianza establecida entre Nokia y Microsoft, para incluir Windows Mobile en los dispositivos móviles del primero. Con ello, Nokia dice adiós a su control total sobre los dispositivos que diseña y produce, pasando de un modelo equivalente al de Apple con su iPhone, al que se podría comparar con el modelo que siguen actualmente HTC o Samsung con Android. Teniendo todos estos factores en cuenta, ¿a qué está jugando Nokia? ¿Alguna vez llegó a creer fuertemente en la filosofía y posibilidades del software libre? ¿A qué se deben estos giros tan repentinos y radicales, sin un rumbo fijo? ¿Son normales estos cambios de estrategia a golpes de timón?
Es indudable que para Microsoft se trata de un negocio redondo, puesto que consigue la entrada de lleno en un sector que tenía totalmente perdido tras la llegada demasiado tardía de su Windows Mobile. Pero, teniendo en cuenta la importante presencia que Nokia posee actualmente en los incipientes mercados asiáticos e iberoamericanos, ¿no le habría resultado mucho más provechoso decidirse por una estrategia basada en Android, por lo que además, seguramente habría abaratado sus costes respecto al uso de Windows Mobile, y empleando un sistema operativo ya muy popular entre la sociedad?
El tiempo dirá si se trata de una decisión acertada por parte del gigante internacional Nokia. Pero por el momento, quienes sí hablaron son los mercados bursátiles, ofreciendo en torno a una caída del 10% de las acciones de Nokia tras el anuncio del acuerdo.
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